lunes, 14 de mayo de 2012

5 obras maestras imprescindibles

Muchas veces pensamos que no tendremos nunca tiempo de contemplar en vivo todas las obras maestras del arte en el mundo. Quizás pueda ser verdad, por eso desde AudioViator.com te ofrecemos una selección de 5 obras maestras de diversos autores tales como Leonardo da Vinci, el Greco o el Bosco. El emplazamiento de estas obras corresponde también a ciudades muy turísticas en las que podemos aprovechar muy bien nuestra estancia como París, Londres o Toledo. Por supuesto os indicamos las audioguías donde podéis escuchar todos los detalles y secretos.
Vamos a adelante.

La Mona Lisa

Su historia. La mujer representada es Lisa Gherardini, mujer de un comerciante florentino llamado Francesco del Giocondo. Por ello, Lisa era llamada La Gioconda. Lo de Mona deriva de Madonna, que significa señora. Mona Lisa es señora Lisa.
La pintura es un retrato de medio cuerpo y representa a una mujer cuya expresión es descrita como enigmática. Siempre ha causado gran fascinación por la existencia de una ambigüedad en la expresión de la modelo. Las formas son sutiles y está rodeada de un ilusionismo atmosférico. Pocas otras obras de arte han sido sujetas a tanto escrutinio y estudio.
Su cara y su sonrisa. Sobre la cabeza lleva un velo, signo de castidad. Esto era frecuente en los retratos de esposas.

La Mona Lisa no tiene ni cejas ni pestañas, pero esta sí que los tiene. Hay varias teorías, pero la más aceptada es que era común eliminarlas para estar más bellas. Además añade una gran peculiaridad al cuadro rayando en el arte abstracto.
Pero sin duda lo que más destaca del cuadro es la boca.
Probablemente la sonrisa más famosa de la historia de la pintura. Para colmo la palabra italiana Gioconda significa alegre. Es todo un juego de Leonardo da Vinci.
Si miras al fondo se puede observar que la Mona Lisa sonríe. Pero si miras directamente a la cara la Mona Lisa no sonríe. Es una genialidad del autor aún hoy estudiada.
La explicación científica es que el ojo humano tiene una visión directa y otra periférica. La directa se utiliza para percibir detalles, pero no para distinguir sombras. Sin embargo la periférica es justo al contrario siendo las sombras lo que principalmente percibe. Leonardo pintó la sonrisa de la Mona Lisa usando unas sombras que se ven mejor con la visión periférica. Podemos intentar concentrar la mirada en una sola letra de un texto y ver  lo difícil que resulta reconocer el resto de letras.

Entierro del Señor de Orgaz

Este cuadro tiene como personaje central a Don Gonzalo Ruiz de Toledo, Señor de Orgaz, lugar que más tarde pasará de ser señorío a condado y por lo que erróneamente se lo conoce como Cuadro del entierro del Conde Orgaz. Se encuentra en la iglesia de Santo Tomé, en Toledo y está considerada como la obra maestra de El Greco.
Don Gonzalo fue un hombre muy generoso, que ayudó a ampliar esta iglesia de Santo Tomé. Además, en su testamento obligó a  pagar cada año a los vecinos de la villa de Orgaz una cantidad en especie y en dinero a esta parroquia en la que nos encontramos.
Esto no se cumplía, por lo que, más de dos siglos después, el párroco reclamó todo lo que se le debía y ganó la causa. Por ello, y para perpetuar la memoria del aquel Señor de Orgaz tan bueno el párroco encargó un cuadro a El Greco y colocó una placa conmemorativa debajo. El autor lo terminó de pintar en 1587.
El cuadro debía contar el milagro que sucedió cuando el cuerpo del Señor de Orgaz era enterrado, por el que San Agustín y San Esteban descendieron del cielo para colocar el cuerpo en la sepultura. El Greco lo pintó excepcionalmente dejándonos uno de los grandes cuadros de la pintura española del siglo XVI.
Este pintor no conocía cómo eran las personas que asistieron a aquel entierro donde sucedió el milagro, por lo que se vale de personajes contemporáneos para representar a los asistentes y hacer contemporáneo así ese hecho milagroso.

El matrimonio Arnolfini

Este cuadro representa al Giovanni Arnolfini y su esposa. Fue pintado por Jan van Eyck en 1434 y se encuentra en el National Gallery de Londres.
Es uno de los cuadros más importantes del autor. Además, es uno de los primeros retratos que no trata sobre la vida de los santos y que representa una escena costumbrista.
En esta pintura vemos a estas dos personas, en primer plano. Están en el interior de una casa, más concretamente en la alcoba.
En él se demuestra que este hombre del Renacimiento ya sabe pintar en perspectiva.
Hay multitud objetos y detalles cargados de simbolismo.
Es curioso que si se trata de una ceremonia religiosa no se celebrase en una iglesia, sino en una alcoba privada.  En aquella época, se consideraba que una unión era legal, aunque se celebrase sin sacerdote, siempre que hubiera un documento que lo atestiguara y testigos que diesen fe de ello. Así, pues, podría ser el testimonio de una boda secreta.
Pero los motivos reales del cuadro siguen estando ocultos. Las nuevas investigaciones de este museo demuestran que la mayoría de los objetos, se pintaron después de crear lo fundamental del cuadro. Lo más evidente es que Giovanni  Arnolfini hace una demostración del poder económico que había alcanzado.
Se ha llegado a plantear si lo pintado es real o es una recreación de Van Eyck. En aquella época no era habitual pintar fuera del estudio, así que es fácil entender que se trata una ilusión creada por el pintor, en connivencia con Arnolfini. Últimamente se habla de un posible exorcismo, o ceremonia para recuperar la fertilidad ya que Arnolfini y su esposa no tuvieron hijos. Este tipo de ceremonias, para recuperar la fertilidad eran habituales en la época. De hecho, tras las manos de la pareja hay una figura de una gárgola sonriente que podría simbolizar el mal que se cierne sobre el matrimonio, la causa de su castigo: Giovanni Arnolfini era un mujeriego.

Pantocrátor de Tahull

Sin duda la imagen del pantocrátor es la imagen más conocida del arte Románico español, el original se encuentra en el museo nacional de arte Cataluña, en Barcelona.
La palabra pantocrátor significa todopoderoso, se aplica a una determinada imagen de Cristo en la que Dios muestra su poder.
Todo el cascarón del ábside central de 4 metros de diámetro estaba recubierto de pinturas murales. Representan el Pantocrátor metido en una mandorla perlada, es decir, Cristo sentado en una franja transversal decorada con dibujos vegetales. A la altura de sus hombros están dibujadas las letras griegas alfa y omega, simbolizando a Cristo como principio y fin de todas las cosas. El Pantocrátor está en actitud de juzgar con su mano derecha mientras que en la izquierda sostiene un libro abierto en el que puede leerse: Ego sum lux mundi. Esto significa: yo soy la luz del mundo.
Sus pies descalzos descansan sobre una semiesfera, saliéndose de la mandorla. Está vestido con una túnica grisácea y envuelto en un manto azulado. Esta pintura se caracteriza por su frontalidad, pues a pesar de estar sentado no se muestra con claridad.
A su alrededor hay cuatro ángeles que llevan los atributos de los cuatro evangelistas, los Tetramorfos y dos serafines de seis alas en las que se han dibujado seis ojos.
La zona inferior muestra un fondo de tono azulado sobre el que están dibujadas las figuras de la Virgen y cinco apóstoles. Están bajo arcos rebajados que se apoyan sobre capiteles foliados. Se reconoce a San Juan Evangelista por ser el único imberbe. La Virgen está vestida con una toca blanca y un manto azul portando en su mano izquierda el Santo Grial.

Jardín de las delicias

Este cuadro es una de las creaciones más enigmáticas de El Bosco y está pintada al final del siglo XVI. Su carácter es moralizante, intenta enseñar y denunciar los pecados de los hombres.
Se encuentra en el museo del Prado y corresponde a la colección propiedad de los reyes españoles.
La composición gana profundidad al elevar la línea del horizonte en toda la composición.
El  tríptico se divide en tres escenas. La de la izquierda está dedicada al Paraíso, con la creación de Eva y de la Fuente de la Vida, de la que nacen los cuatro ríos del Paraíso. Esta fuente aparece casi a modo de artefacto complejo, es de color rosa.
El Bosco pinta aquí el más impresionante infierno de los realizados por el  pintor.  Lo primero que destaca es la importancia de los colores oscuros. También es curiosa la cantidad de instrumentos musicales que hay en este infierno. Han pasado de ser objetos que producen placer a producir dolor.
El tríptico cerrado representa en grisalla el tercer día de la creación del Mundo, con Dios Padre como Creador. Hay unas frases del Génesis: Él mismo lo dijo y todo fue hecho.  Y otra frase que dice: Él mismo lo ordenó y todo fue creado.

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