Catafalco, Iglesia Sta. María Magdalena (Provincia deToledo) |
¿Montar y desmontar un edificio cuando ya no se va a usar?
Bueno, no es exactamente eso, pero equivale a ello. Hablamos de las arquitecturas efímeras que con motivos de celebraciones se montaban (¿construían?).
A parte del nombre de un disco de Fangoria estas arquitecturas son algo fascinante.
Este tipo de arquitectura existe desde muy antiguo ya que era algo grandioso que se podía construir relativamente rápido y cuyo coste era menor (a priori) del que podía tener algo permanente. Eran muy comunes los arcos del triunfo en el mundo romano.
Las cortes de Europa del siglo XVI en adelante gustaban de montar estas espectaculares construcciones.
En la época del Barroco se vivió la mayor explosión de estos artefactos quedando después dormida.
Los actos religiosos como procesiones o funerales son buenos motivos para el desarrollo de arcos, monumentos y catafalcos que ensalzaran al difunto. La mayoría de los reyes tuvieron en sus funerales estos preparativos. Se decoraban con pinturas, telas, molduras y otros ornamentos.
Muchas de las catedrales de Europa conservan desmontadas y empaquetadas estas arquitecturas efímeras y en ocasiones se pueden contemplar en nuestras calles o templos.
Las exposiciones universales y su temporalidad son clave para resucitarlas a partir del siglo XIX. Es el caso de pabellones, carpas y otros, y hasta de la propia Torre Eiffel realizada para la exposición universal de París de 1889.
Hoy en día siguen existiendo y son más comunes de lo que creemos. ¿Has asistido alguna vez a una feria? Pues seguramente los “stand” de las empresas son arquitectura efímera.
Hasta hemos encontrado una titulación en la Escuela de Arte de Oviedo versado en ello.
Corpus Christi de Toledo. Foto Rodríguez |
Pabellón del País Vasco en Fitur |
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