Todos hemos experimentado en determinados lugares lo que podemos denominar como 'empacho artístico'. Y no es que nos hayamos comido una escultura o un cuadro, pero de atracón trata la cosa.
Cuando las obras que se exponen en un museo son numerosas se puede producir esta saturación de la que escribimos.
Pensamos que el remedio puede ser una combinación de tiempo y explicaciones.
No podemos pretender ver el museo del Louvre, el Prado o el Metropolitan de Nueva York en sólo un día. Si disponemos únicamente de una jornada es muy útil preguntarnos qué es lo que más nos gusta, qué artista o qué época. También qué obras son las más destacadas o sobresalientes de la colección. Si visitamos sistemáticamente todas las salas puede que cuando llegue nuestra favorita ya estemos cansados y empachados de arte. Esto hace que sólo 'asistamos' al museo y no apreciemos nada, perdiendo la ocasión de empaparnos de las historias y hechos brillantes de los artistas o del sentido de la obra.
Este será el momento en el que sólo vemos arte y no lo observamos con el suficiente detenimiento.
También sucede en las ciudades cargadas de Historia, en las tras haber visto 4 iglesias, con la número 5 ya no podemos y con la 6 ni nos planteamos entrar.
La planificación es esencial, pero muchas veces ya tenemos suficiente con haber comprado el vuelo y el hotel y no pensamos en qué veremos en el destino. Las guías en papel son una buena opción, las digitales el futuro (infinitamente más cómodas). Ya os contaremos alguna novedad respecto a esto...
La información de las oficinas de turismo también es muy buena y nos pueden orientar certeramente.
Las audioguías también os pueden ayudar en este aspecto, contienen lo esencial de la visita y además explican detalladamente lo que vemos.
Desde AudioViator lanzamos una pregunta a todo aquel que haya experimentado esto, ¿cómo crees tú que se puede evitar?
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