En uno de los monumentos más visitados de España, una de las joyas monumentales más impresionantes de Europa. Ahora puedes visitarla de forma má fácil, enterándote de todo y sin que nada te pueda pasar por alto. Puedes descargarte su audioguía gratis en AudioViator.com.
Descubrirás que su singularidad se debe, en gran medida, a que se conserva una parte muy importante de la mezquita. En esta visita veremos las diversas transformaciones que ha sufrido el edificio a lo largo de la Historia.
Cuando contemplamos el edificio desde lejos nos puede llamar la atención que los muros de la catedral renacentista sobresalen sobre el gran conjunto aplanado.
Pero el interés por la coincidencia de lugares no se queda ahí sino que anterior a la mezquita hubo una basílica visigoda, la basílica de San Vicente.
Se cree que era el templo más importante de la ciudad y por ello cuando llegaron los árabes la convirtieron en su mezquita mayor.
Esto se repite en muchísimos enclaves ya que las diferentes culturas quieren sustituir los lugares más sagrados de los vencidos por los suyos.
Lo que más nos llamará la atención en el interior de la mezquita, es la sucesión infinita de arcos, sus colores y la sensación de amplitud y equilibrio.
Estos arcos tan especiales se dice que fueron inspirados del acueducto de los Milagros de Mérida.
La novedad de estos arcos es que sobre cada columna se monta un pilar. Entre las columnas se coloca un arco y entre los pilares se coloca otro arco soportando el techo.
Los dos colores tan característicos de los arcos se consiguen al alternar la piedra con el ladrillo. De esta forma también se consigue abaratar el coste ya que el ladrillo era más económico que la piedra.
La sucesión de arcos hace que cada columna parezca una palmera y que se llame poéticamente a la mezquita como el bosque de palmeras.
Observaremos que toda la decoración de la época musulmana es a base de figuras geométricas, letras y motivos vegetales. En ningún caso encontraremos figuras humanas ya que está prohibida expresamente por el Corán la representación humana.
La orientación de la mezquita. Es una de las rarezas que hay en el edificio. El Islam manda que se oriente el muro de la quibla hacia la Meca. Este muro de la quibla es el que sitúa enfrente de la puerta por donde hemos pasado. Es el que alberga el Mihrab, palabra árabe que designa al nicho u hornacina que contiene el Corán.
En el caso de esta mezquita este muro no está orientado hacia la Meca, sino hacia el sur. Está orientado 169 grados frente a los 111 que manda el Corán.
Se ha barajado varias posibilidades, entre ellas la inexperiencia y error de cálculo de los alarifes que intervinieron en su construcción.
También se piensa en motivaciones políticas ya que cuando se construyó el edificio se había proclamado la independencia política del emirato de Córdoba. Algo que también había hecho la Mezquita de Damasco, también de los Omeya, que se orientó al sur.
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